Siempre escuchamos a la gente hablar de sus casas y sus hipotecas, de los pagos mensuales que tienen que hacer, si son buenos o malos… pero, ¿qué es exactamente una hipoteca y para qué sirve?
En primer lugar,
es importante no confundir una hipoteca con
un crédito hipotecario. La hipoteca
es el contrato por el cual se da un bien inmueble como garantía para el
cumplimiento de cualquier obligación, y el crédito hipotecario es un crédito
garantizado con un bien inmueble. Así que, generalmente, cuando la gente habla
de “pagar su hipoteca”, en realidad se refiere a pagar su crédito hipotecario.
Un crédito hipotecario
es un tipo de crédito en el que tú ofreces un bien raíz como garantía (la
hipoteca) de que vas a pagar una deuda o de que vas a cumplir una obligación, y
si no lo haces, la persona que tiene el beneficio de la hipoteca puede pedirle
a un juez que subaste el inmueble para pagar la deuda. Los préstamos
los hacen instituciones financieras, con intereses y plazos determinados.
Cuando terminas de pagar el crédito, se tramita el certificado de libertad de
gravamen, que es el documento que indica que la casa no está hipotecada.
Para que el
contrato surta efectos ante terceros, la hipoteca tiene que estar inscrita en
el Registro Público de la Propiedad.
Generalmente, un
crédito hipotecario se usa para poder comprar una casa, pero no es lo único
para lo que sirve. Puedes hacerlo también para remodelarla, tener dinero
en efectivo si tienes un gasto importante, como invertir en un negocio.
Hay diferentes
tipos de créditos hipotecarios según el interés. Están las de interés variable,
en las que las instituciones financieras revisan la casa y las cuotas se van
ajustando de acuerdo a la revisión. Las de interés fijo, en las que el interés
se queda igual durante todo el tiempo que se paga el préstamo. La indexada, en
la que la tasa de interés varía de acuerdo a uno o varios indicadores
económicos del mercado, como sería si el crédito está pactado en UDIs. Están las mixtas, en las que se combinan
periodos de interés variable e interés fijo, aunque este tipo de hipotecas no
son tan comunes.
Al pedir un crédito
hipotecario, es importante tener solvencia económica para lograr pagar todas
las cuotas, así que se recomienda hacer un presupuesto y saber cuánto dinero vas
a pedir, antes de comprometerse a una deuda que dura entre 7 y 30 años.
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