Cada vez que tengo la oportunidad de leer algo sobre los inicios del vino, no la dejo pasar. Conocer cómo surgió, su evolución en temas de elaboración y cómo se fue expandiendo es algo que me apasiona, así que en esta nota podrán encontrar un poquito de historia.
Desde tiempos inmemorables, varias regiones del planeta se han peleado por el origen del vino. Algunos estudios habían arrojado que el primer rastro se encontró en la zona montañosa de Zagros, Irán por allá del año 5,400 a.C. Sin embargo, a finales del 2017 se llevó a cabo un descubrimiento que llegó a cambiarlo todo; el profesor Patrick McGovern encontró en el Cáucaso unas vasijas que presentaban restos de ácido tartárico, succínico, cítrico y málico, entre otros, lo cual es evidencia clara de que contuvieron fermentos de uva. Según su investigación estos objetos datan de los años 5,500 y 5,900 antes de Cristo, por lo cual ¡Georgia se coloca como la cuna del vino!
Un dato que me pudo encantar y que no sé si ustedes sabían, es que hoy en día los vinos clásicos georgianos aún se elaboran a partir de su método ancestral.
La práctica consiste, sobre todo en los vinos blancos, en introducir las bayas enteras, con raspón y todo, en un recipiente de madera donde se aplastan con los pies (¡sí, como en las vendimias que tanto nos gustan!). El mosto que resulta de dicho prensado se vierte en un tanque llamado “kvevri” donde se realizará la fermentación alcohólica.
Los “kvevri” son ánforas de barro que pueden alcanzar una capacidad de hasta 300 litros.
Una vez terminada la fermentación alcohólica, el vino se traslada a otro “kvevri” para la fermentación maloláctica. En este proceso, el ánfora se entierra y se sella; el vino permanece ahí durante un tiempo para su crianza. Posteriormente es envasado para su consumo.
Los “kvevri” están fabricados de arcilla, lo que favorece una mayor tanicidad en los vinos.
Después de saber esto, reafirmo que los vinos de Georgia son dignos de conocerse y beberse, tienen una multitud de variedades de uvas tanto blancas como tintas, las cuales debemos apreciar desde el punto de vista histórico.
Fuente: Wewine.mx