El centro de la ciudad de México comenzó una expansión
importante a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Los habitantes de
lo que ahora conocemos como el Centro Histórico comenzaron a buscar nuevas
condiciones para vivir.
La expansión de la ciudad hacia el poniente dio origen
a colonias tan emblemáticas como la actual colonia Juárez, la San Rafael y la
Roma.
Estas colonias al poniente del núcleo central se
diseñaron para ser insignia de la modernidad del país copiando los estilos
arquitectónicos y urbanísticos de las ciudades europeas.
La Roma pronto desarrolló grandes casonas de estilo Francés.
En los alrededores de las grandes casas comenzaron a surgir vecindades
construidas con la intención de dar habitación a empleados y servidumbre.
Las vecindades en la periferia son uno de los aspectos
que dan carácter a esta zona de la ciudad. Estos espacios de vivienda son una parte
importante de la imagen de esta y muchas colonias.
El trazo de esta colonia incluye dos parques públicos
que fueron donados por los desarrolladores de la colonia desde su fundación.
Destacan sus calles arboladas y con camellón.
Una de las calles más importantes en el barrio es
Álvaro Obregón. Originalmente llamada Avenida Jalisco, se trata de un bulevar con un amplio camellón y una doble hilera de árboles.
Álvaro Obregón es hoy en día el corredor comercial más
importante de la colonia. A lo largo de este bulevar se encuentran los
restaurantes, bares y boutiques que regresaron la vida a la Roma después de
casi tres décadas de abandono después del terremoto de 1985.
La oferta de inmuebles es una de las más dinámicas en
la ciudad, se pueden encontrar departamentos renovados en edificios clásicos o
nuevos departamentos en nuevos conjuntos con excelente calidad de diseño.
La colonia Roma es hoy una de las más cotizadas en
CDMX. En la última década pasó de ser una opción barata a la Condesa para
convertirse en una de las zonas más deseables para vivir en la ciudad.