¿Te has topado con el problema de que llegas a un nuevo espacio, feliz con toda tu mudanza, y te causa angustia el no saber ni por dónde empezar a acomodarlo? Pues este mismo sentimiento dio pie a libros y libros de sabiduría en la antigua China.
El feng shui (que significa literalmente “viento y agua”) es una filosofía china que tiene como objetivo encontrar la armonía de los espacios. Parte de su idea es que nuestra casa refleja lo que está en nuestro interior y, por ello, lo externo influencia lo interno, y viceversa. Se basa sobre todo en el Yin Yang (la dualidad), los puntos cardinales, la astrología y la numerología china, para saber donde acomodar los muebles y que colores usar, y así mejorar la energía de los lugares. Pero antes de empezar a mover todo, lo primero es la limpieza, que incluye deshacernos de todo lo que no necesitamos para que la energía pueda fluir.
En el feng shui, los cuatro puntos cardinales y el centro se representan cada uno con un animal sagrado (Centro: serpiente amarilla, asociada al elemento tierra; norte: tortuga, asociada al elemento agua; sur: fénix, asociado al elemento fuego; este: dragón, asociado al elemento madera; y oeste: tigre, asociado al elemento metal). El objetivo principal del Feng Shui es llenar un espacio con cosas que “fortalezcan” al animal, al tiempo que balancean la energía (yin o yang) de ese espacio, para que el resultado final sea armónico y auspicie buena fortuna para los que lo habitan.
Los espacios privados (las recámaras y baños) tienen energía yin, mientras que los públicas (la sala, el recibidor) tienen energía yang.
En el recibidor es importante tener mucha luz para que resulte acogedor, por ser el lugar en el que se entra y se sale del espacio. Se recomienda decorar con plantas para dar una bienvenida amable, y evitar que los objetos estorben a la puerta bloqueando la energía.
En la sala y el comedor, los muebles más importantes son los sillones, que deben estar en forma de L para que la plática con los invitados fluya. Por ser espacio público, se pueden poner ahí los aparatos tecnológicos. En el comedor se recomienda poner mesa redonda para que circule la energía, y se puede colocar un espejo que refleje a quienes están sentados a la mesa. Lo mejor es que la
mesa no sea demasiado grande y que se integre bien al espacio. En ambos sitios, la iluminación debe llegar a todos los rincones.
La cocina no debe ser el espacio central. Tiene que estar tranquila y alegre, para eso se recomienda usar colores verdes o tierra, y tener ingredientes frescos, como frutas.
En los pasillos se sugiere tener alfombras o cuadros que suavicen la energía, ya que, por lo angosto, tiende a acelerarse.
En las recámaras el mueble más importante es la cama. La cabecera tiene que estar apoyada en una pared sin ventanas, y los pies no deben apuntar a la puerta. Al ser el espacio destinado al descanso, se debe evitar tener televisión para que la luz y el sonido no nos mantengan en estado de alerta.
El baño debe estar lo más lejos que se pueda de la cocina y, de preferencia, que se ilumine con luz natural. Es muy importante que esté limpio, para que transmita bienestar. Tener pocas cosas a la vista ayuda a que este efecto se logre con aún mayor impacto, aunque se pueden tener decoraciones, como plantas o frascos de perfume o cremas. Se debe procurar tener la puerta cerrada para que no se escape la energía.
Hacer este acomodo (o reacomodo) de espacios y muebles puede llevarnos un buen rato, así que hay que tomarlo con calma. Además, se recomienda hacer una evaluación periódica de la decoración de la casa.
Texto por Paulina González
FUENTES:
https://www.fengshuinatural.com/en/five-animals.html