No hay nada que peor que vivir en un lugar sucio. Siempre que llegamos a un departamento, o que alguien más lo va a ocupar, es de vital importancia dejarlo completamente limpio. Además, también es recomendable hacer limpieza profunda de vez en cuando, aunque no te vayas a mudar.
Dejar tu depa rechinando de limpio no es un trabajo fácil. Por eso, te traemos estos consejos que te van a ayudar a con esta labor.
Antes de sacar el trapeador y la cubeta, hay una serie de cosas de las que tienes que encargarte.
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Lo primero: ¿Por dónde empezar a limpiar?
Se recomienda tener un plan antes de iniciar. Generalmente, es mejor que lo primero que limpies sea lo que más lo necesite. Eso hará que se vuelva cada vez más sencillo.
Es importante que mientras estés en esto, ventiles la casa. Cuando el aire circula, la atmósfera se limpia. Tira todo lo que esté roto o inservible: es basura. No necesita acumular cosas que ya no puedas usar.
La ropa que ya no te quede o no uses, regálala. Lo que sí conservas, guárdala en cajones o cuélgala en clóset de manera ordenada. Organiza tus documentos importantes y tira todos los papeles obsoletos para que no ocupen espacio.
Revisa tus medicinas y deshazte de todo lo que ya haya caducado. Pon todo en su lugar.
Empieza el trabajo sucio
Haz una lista y ve al súper por todo lo que necesitas y no tengas: escoba, recogedor, bolsas de basura, trapeador, cubeta, trapos, limpiadores dependiendo de las zonas y las superficies que tengas.
Es mucho más eficiente hacer una misma actividad en toda la casa que ir por espacios. Eso te permite no perder tiempo en cambiar de herramienta, pasar de escoba a trapeador.
Primero: barre. Mientras lo haces, ve acomodando todo lo que este en el suelo y que te estorbe. Tener el piso sin desorden es vital para lo demás.
Toma un trapo y limpia todos los muebles y superficies. De nuevo, si por alguna razón aún hay cosas que estorban por estar fuera de su lugar, ponlas donde deben estar.
Desempolva también todo lo que hay dentro de cajones y clósets. De nada sirva el trabajo si no se asea todo.
Usa una aspiradora para que no quede nada de polvo. Habrá algunas cosas que con el trapo queden, pero muchas van a necesitar de artillería más pesada. No olvides los adornos.
Siempre ten a la mano una cubeta para limpiar el trapo y una bolsa de basura, los vas a necesitar.
Hay algunas áreas que requieren atención especial: la cocina y el baño. Si hay platos sucios, tienes que lavarlos, secarlos y volverlos a guardar. Es importante, además, que la estufa y el horno también queden brillantes.
No te olvides de las paredes y las puertas. Sobre todo en la cocina vas a encontrar manchas de grasa en las paredes cercanas a la estufa. Puedes usar un desengrasante para que sea más fácil eliminarlas.
De ser posible, mueve los muebles para poder limpiar lo que se acumula abajo y atrás de ellos.
Lo siguiente es trapear el piso o aspirar las alfombras. Probablemente tengas que barrer algunas zonas otra vez por la suciedad que se desprende de la limpieza de los muebles. Parece innecesario, pero es lo que una limpieza profunda requiere.
Recuerda empezar de dentro hacia fuera para no pisar lo que ya está limpio o mojado. Presta atención a los recovecos y las esquinas, donde es más probable que se junte el polvo.
En el baño es necesario usar desinfectantes más fuertes. Dale más tiempo que a los demás espacios.
No te olvides de las ventanas y espejos. Para que la casa quede verdaderamente reluciente, es importante que las ventanas queden bien.
NO mezcles limpiadores, eso puede provocar reacciones químicas que pongan en riesgo tu salud. Utiliza guantes, algunos productos pueden dañarte las manos.
Revisa cada producto antes de usarlo, hay superficies que necesitan limpiadores especiales para que no se arruinen. Con estos consejos, te garantizamos que tu casa quedará perfecta y te sentirás mucho más a gusto.
Evita estos errores comunes al limpiar tu hogar
A veces, el tiempo no nos da para realizar todas las tareas que tenemos planeadas y muchas veces realizamos la limpieza de la casa de forma superficial o lo más rápido que se pueda, sin embargo, esto puede provocar que estés cometiendo algunos de los errores más
comunes.
Utilizar el mismo trapo
No uses el mismo trapo para limpiar todas las áreas de la casa, lo que sucederá es que los gérmenes y polvo de las superficies anteriores, terminarás por regarlos en cada rincón a pesar de utilizar algún limpiador.
Designa un trapo para cada habitación o área, sobre todo los del baño no deberán combinarse con ningún otro, además elije el material más amable de acuerdo con tus muebles o superficies. Al finalizar la limpieza, perfectamente puedes echarlos a la lavadora con tu ropa.
Guardar inmediatamente el cepillo del inodoro
Al terminar de utilizar el cepillo del inodoro no lo guardes inmediatamente porque estarás generando humedad y bacterias. Lo mejor que debes hacer es desinfectarlo de manera frecuente y dejarlo secar completamente antes de guardarlo en el contenedor.
No lavar la cortina de baño
El agua y jabón que cae de la regadera a la cortina no es suficiente para mantenerla limpia. Entre los pliegues de la misma cortina, se genera moho que puede ser visible o
no, por eso debe ser constante su limpieza.
Puedes cambiar tus cortinas por unas que estén fabricadas con vinil o tela para que las puedas lavarlas con mayor facilidad, incluso en tu lavadora en ciclo delicado.
Al terminar de bañarte, utiliza un trapo específico para dejar la cortina seca.
Limpiar primero el piso
Para hacer una correcta limpieza, no empieces por el suelo, comienza en cada cuarto por la parte más alta, cortineros, ventanas, paredes, muebles y al finalizar el piso, con esto evitarás que tengas que volver a limpiarlo porque cae polvo o migajas de la mesa al suelo.
No limpiar la lavadora
Aunque pienses que la lavadora se mantiene limpia porque le agregas jabón y suavizante, no es así. El polvo, bacterias, ácaros, etc., permanecen en el interior, tapa o manija de la lavadora.
Otro error común es cerrar la tapa inmediatamente al terminar de utilizarla, en su interior todavía hay espacios con agua que generan humedad y pueden provocar un mal olor.
Para asegurarte de su limpieza, revisa las instrucciones, algunas requieren de productos especiales para su desinfección total como pastillas o líquidos, una solución casera es utilizar vinagre y bicarbonato.
No revisar productos químicos
Revisa la etiqueta de los productos de limpieza que utilizas, algunos requieren de indicaciones específicas para que sea eficaz su desinfección y limpieza, por ejemplo, aplicarlos por un tiempo determinado, no mezclarlos con otros productos, rebajarlos con agua, etc. Además, revisa si lo que buscas es solamente para limpieza, antibacterial, quita sarro, etc.